Por Wendy Tenabary Guzmán Mercado
Desde hace mucho tiempo nuestros ancestros han utilizado diferentes pócimas con la herbolaria que la madre naturaleza nos ha obsequiado en toda su diversidad como una fuente medicinal que ha pasado de generación en generación hasta nuestros días. En los años 30”S a los 50”S en el pueblo de Tequila se utilizaban diferentes brebajes para aliviar sus malestares; las personas adineradas se consultaban en la ciudad de Guadalajara con los mejores doctores especializados, y las personas de escasos recursos se consultaban en la famosa botica de “Lolita Sanchez” la cual preparaba diversos brebajes para la cura de cualquier enfermedad, en la botica te podías encontrar un sin fin de pomos de vidrio que contenían plantas medicinales o diferentes bichos en alcohol los cuales son secretos de la madre naturaleza.
Esta botica se encontraba por la calle Juárez mejor conocida como la calle de los portales, algunas personas optaban por curarse ellas mismas con sus secretos caseros y la fe depositada en ellas era de gran importancia para su sanación; esto se hacia mediante un ritual, conjuntamente con oraciones de padres nuestros y aves Marías y se encomendaban diciendo frases como la siguiente “En el nombre sea de Dios y Maria Santísima que me alivie pronto” las cuales funcionaban como palabras mágicas para detener y sanar cualquier dolor.
La Sra. Francisca Camarena e Irma Hernández nos comparten algunos de estos secretos que ha ella les funcionaban; la planta del estapiate era para curar el empacho (dolor de estomago) se tomaba en forma de té; para calmar las reumas se ponían marihuana con alcohol que lo tenían en sus casas en frascos, o para calmar el dolor de muelas se ponían en pedazo de cebolla cocida, o si de plano consideraban que ya no tenia remedio se amarraban un hilo del diente al pie y sin titubear con mucha rapidez estiraban la pierna para arrancan el diente y se acababa el problema, si los mordía una víbora o una picadura de alacrán se untaban el jugo de un planta llamada lengua de víbora o en pomos con alcohol depositaban los alacranes para que sirviera de antídoto, para picaduras de avispas o abejas se frotaban con el barro; Los campesinos en su arduo trabajo si se cortaban con alguna de las herramientas de trabajo para evitar una infección posterior se orinaban en la herida si se podía, y sino lo depositaban en un recipiente para después vaciarlo en la herida, para las fracturas del cuerpo usaban agua y harina que se endurecía como el yeso, se hacia una especie de masa que se ponía en la zona afectada y se dejaba un tiempo de reposo; el nopal se utilizaba para las personas que tenias diabetes, se tomaban el licuado con sábila para contrarrestar el azúcar en la sangre en ayunas, la sábila era para las quemaduras del cuerpo, las hojas de hazalia para los dolores fuertes de cabeza, o se lo tomaban las señoras antes de concebir un hijo como tranquilizante, la planta llamada carnosidad era para las infecciones de la piel y la enfermedad llamada igual en la que un animalito pequeño te picaba y te hacían varias ronchas que hasta te sangraban la parte afectada, esta ultima la recuerdo en mi memoria. Cuando era niña recuerdo a mí abuela Pachita curarme de esta infección en esa forma tan singular con toda su fe depositada en las oraciones mientras me frotaba con alguna planta diciendo esas palabras mágicas que para mi al escucharla yo ya me había aliviado; ahora comprendo que la mejor medicina es el cariño, la fe, el amor de las personas en las que confías, y yo me pregunto algo
¿Porque las personas de aquellos tiempos eran mas sanas que las de ahora a pesar de nuestra tecnología? ¿Es acaso que la medicina natural funcionaba o era la fe de nuestros ancestros?
FUENTE: Francisca Camarena Carvajal e Irma Hernández Galván.
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