domingo, 3 de junio de 2007

EL SEÑOR DE LA ASENCIÓN

Por Guadalupe Lorely Ravelero Cruz
En un pueblito lúcido y tranquilo, con grandes historias y de hondas raíces indígenas llamado Amatitán, por el año de 1905 un señor de edad ya adulta llegó al domicilio de don Francisco Meléndrez quien vivía con su pequeña hija Francisca Meléndrez la cual había quedado huérfana a su corta edad, este viejecito quería dejar encargado una especie de bulto envuelto en un costal de ixtie, el señor decía venir de fuera y quería dejar este costal por un momento. Don Francisco Meléndrez amablemente lo acogió y lo puso en una esquina para luego regresárselo a este señor. Los días en Amatitán se dicen pasar lentos y enamorados de la tierra que se trabaja y el sol que cobijaba a los campesinos; así pasaron los días y pasaron sin pensar una sola vez don Francisco en revisar aquel encargo abandonado en un rincón. No era mucho de extrañarse en un principio, pues la gente recorría distancias que ahora son cortas pero solían ser muy largas para aquellos que iban de un lugar a otro en sus burritos enfadados de andar y con los pies cortados por la resequedad del camino, aun así se llegó el momento de la curiosidad que siempre tuvo tanto su pequeña hija Francisca como su padre y sobre todo porque había una luz o algo que llamó tanto la atención para ser visto y reconocido como algo divino, ¡era un Jueves de Asención importante mencionar! El día que se destapo aquel bulto en donde se había de hallar un Cristo al que se le atribuyo el nombre del Señor de la Asención por el día de su manifestación. Las fieles creencias religiosas y el carácter del pueblo, elevaron sus suplicas concediendo muchos milagros así pues se le hizo su capilla y dado el gran numero de seguidores se llevo al templo , para no perder la costumbre de tener cerca de todos aquellos fieles y devotos a este crucifijo por el símbolo que representaba y por su puesto por lo milagroso que era , de este modo se había comenzado a festejarle cada jueves de asencion habiendo un novenario anterior a este día, el cual se ha venido realizando desde aquellos años cuando se le ofrecían las actitudes de cada uno de sus fieles, la música durante todo el novenario en todo el día , peregrinaciones , rotación de los barrios para hacerle su velación, danzas que ofrecen todo y cada uno de sus esfuerzos, gente que viene de fuera , comida para todos los peregrinos y danzantes. Todas y cada una de las representaciones religiosas y sociales con motivo de celebrar este día tan importante para el Amatitense ahondan en la conformación misma de nuestra nacionalidad, en la actualidad esta fiesta se realiza durante el mismo marco pero se pasa el día principal al primer domingo posterior al jueves de Asención haciendo propiamente el novenario con todos y cada uno de sus elementos tradicionales con los que se vivía la fiesta y que se sigue viviendo, causando sensaciones vulnerables, como acto de fe y tradicionalismo en todos los que viven, estuvieron, o alguna vez han visitado el pueblo de Amatitan por estos días cuando se celebra el día del Señor de la Asencion fiesta de nuestro patrono. Significado de la fiesta en la iglesia Según la narración de San Lucas, la Iglesia celebra la Ascensión del Señor a los cuarenta días de su resurrección. Esta fiesta está dentro del tiempo pascual que consta de cincuenta días y concluye con la Venida del Espíritu Santo sobre la Iglesia. (Cf. Lc 24, 49-53; Hch 1, 3-11; 2, 1- 41) La fiesta de la Ascensión no nos habla de un alejamiento de Cristo, sino de su glorificación en el Padre. Su cuerpo humano adquiere la gloria y las propiedades de Dios antes de encarnarse. Con la Ascensión, Cristo se ha acercado más a nosotros, con la misma cercanía de Dios. Es también una fiesta de esperanza, pues con Cristo una parte, la primicia de nuestra humanidad, está con Dios. Con él, todos nosotros hemos subido al Padre en la esperanza y en la promesa Fuentes: • Investigación oral con seis personas, testigos , oidores, y familiares de quienes fueron parte de los hechos, entrevistas realizadas al señor Isidro Adame, a Doña Josefina Partida (nieta de don Francisco), don Francisco Partida, don Francisco Sánchez, doña Estela Ontiveros, y José Órnelas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es interesante conocer como ha trascendido esta leyenda que no es muy antigua y que toda la población de Amatitan la ha de conocer ya que es un santo que es muy conocido a nivel nacional por sus grandes milagros, la gente de amatitan se siente muy cobijada al saber que cuenta con un gran protector divino.