domingo, 3 de junio de 2007

LOS LAVADEROS DE LA CIUDAD DE TEQUILA

Por Lorenzo Antonio Landeros Sandoval
Los lavaderos de Tequila se localizan al fondo de las antiguas instalaciones de tequila en lo que hoy es el final de la calle Tabasco que corre paralela al arroyo Atizcua. Los lavaderos fueron mandados construir a petición de la población de tequila durante el gobierno del presidente Cipriano Rosales en el año de 1918 a consecuencia de la escasez de agua que existía en la población en ese entonces, todo esto a consecuencia de que las industrias tequileras estaban tomando clandestinamente el agua de los diferentes arroyos de los cuales la población se dotaba de agua esto fue comprobado por las autoridades ya que se encontró un tubo que comunicaba de uno de los principales arroyos a la fabrica la Perseverancia y de esta manera el señor Cipriano Rosales presidente de Tequila en ese entonces y dueño de la empresa Tequilera la Castellana mando construir 83 lavaderos cada uno con una piedra de laja liza donde las mujeres restregaban sus prendas para ser lavadas, posteriormente se recubrieron con una capa de cemento la cual con los pasos de los años se fue desprendiendo dejando así ver su estructura original. Los lavaderos se distribuyen de manera uniforme dejando entre ellos un espacio aproximado de 35 centímetros en forma de pileta por donde corre el agua limpia mientras que los lavaderos contaban con un pequeño borde para evitar el escurrimiento del agua sucia al agua limpia. El agua sucia corre por otro canal pegado a la barda y descarga al arroyo Atizcua. El conjunto utilitario se estructura en forma lineal tomando como eje un canal de agua corriente que tiene su origen aguas arriba en el arroyo de La Fundición y que desemboca en una pileta llamada el Jarrito ahí mismo en el área de los lavaderos públicos. Todo el conjunto está uniformemente cubierto por una estructura de teja soportada por sencillas vigas de madera. Esta inusual estructura arquitectónica tuvo desde su inicio como fin el beneficio comunitario ya que ahí podían las mujeres de la población de Tequila acudir a lavar su ropa ante la dificultad para dotar a cada vivienda de agua. Algunos relatos de personas de tequila aún recuerdan cuando de pequeños eran llevados por sus mamas a lavar a este lugar y donde comentan era un lugar muy apreciado para los niños ya que cuentan que mas que una labor obligada era como un día de campo donde posteriormente terminada la jornada tomaban un baño, de esta manera el lugar cumplía una doble finalidad. La transportación de las prendas era en chiquihuites o en carretillas, la organización de los lavaderos iba por colonias un día le tocaba a una colonia ir a lavar y otro día a otra y así sucesivamente, algunos lavaderos eran respetados ya que había personas a las que a diario se le veía lavar ahí ya que eran las encargadas de lavarles sus prendas a las familias mas adineradas y de esta manera ganarse unos pocos pesos, enfrente de los lavaderos existían una fabrica de Tequila llamada “El Tigre” cuyo propietario era el señor Defino González. En la entrada del lugar el vigilante tenia una pequeña tiendita con una mesa de dulces y otro tipo de pepitas pero una de las cosas mas usuales era ver a las señoras tomando un Pequeño descanso y disfrutando de una refrescante Pepsi-cola la cual era muy vendida en aquel tiempo y consumida por las personas del pueblo, en dicha tiendita era una de las cosas mas vendidas. Los lavanderos antiguamente no se encontraban bardeados, es decir, el frente de los lavaderos comunicaba directamente con la loma que hoy en día es la casa de la familia Sauza, en el año de 1975 cuando el Señor Javier Sauza Mora mandó construir La Villa Sauza mandó bardear lo que hoy es la pared de enfrente de los lavaderos para protección de la misma. El arroyo Atizcua se encontraba destapado y era considerado muy peligroso ya que las empresas tequileras arrojaban ahí sus desechos y era muy profundo. En algunas ocasiones cuando la gente no alcanzaba lavadero lavaban en el arroyo que subastaba de agua a los lavaderos y comentan que eran una gran mayoría de mujeres, las cuales llegaban a cubrir todo el callejón por donde corre la pequeña acequia hasta donde hoy se encuentra el puente subterráneo de las vías del tren. Posteriormente se introdujo a la población una línea de tuberías en cada esquina de algunas secciones, las cuales dotarían de agua a la población y se dividían en las siguientes, La Anonita, Las Llaves Cuatas, El Ranchito, El Ejido y La Pastora (hoy calles Morelos y Eduardo González) que era una de las colonia mas orilladas de Tequila en aquel entonces y que hoy en día forman parte del centro. Comentan que muy temprano en la mañana se podía observar a la gente haciendo fila para recolectar su agua y que eran unas filas enormes. Después todas estas actividades dejaron de ser muy usuales ya que en el año de 1965 se dota de agua potable al centro de la ya entonces ciudad de Tequila Jalisco. En el año de 1999 los lavaderos se quisieron tumbar ya que se consideraba que estropeaban el paso a los camiones de carga hacia las empresas tequileras que se encuentran en dicha área. Pero esto no se les fue posible. En el año 2005 los lavaderos fueron remodelados como parte de las áreas turísticas que engloba pueblos mágicos dentro de esta ciudad, en el que se construyeron jardines y andadores sobre la plataforma de desplante. Actualmente forma parte del patrimonio cultural de los Tequilenses por tener 90 años de haber sido construidos y por las diferentes etapas por las que han pasado. Fuentes: Archivo Historico de Tequila, libro Rutas Culturales Jalisco 2, Ruta Del Paisaje Agavero e información verbal de las siguientes personas: Elodia Montes Zalazar, Manuel Hernández, Salvador Aguirre y Chuyita (del Archivo Histórico de Tequila).

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